Después de 3 años nada ha cambiado. Bueno quizás sí, algunos tienen varios de kilos de más y otros se han adelgazado. Y es que ayer me junté con mis hermanos después de mucho tiempo. Los mismos hermanos con quienes compartí colores, rucks, mauls, abrazos de try interminables y mucho rugby. La sensación de volver a verlos fue que nada ha cambiado.
Increíblemente todos llegaron casi puntuales. Sí, sobre todo de los que en los entrenamientos jamás lo hicieron. Poco a poco iban llegando. Algunos tenían barba, otros eran ya señores casados con una prominente pero orgullosa panza matrimonial. Qué más da, así los quiero. Los quiero aunque les costó un siglo completar un pase. Los comencé a querer menos cuando no pudieron formar 2 filas y los comencé a detestar cuando se les cayeron todas las bolas. Bueno todos estamos algo oxidados al fin y al cabo.
Lo hermoso de entrenar con tus hermanos es ese sentimiento indescriptible de pertenencia y saber cómo es cada uno. Esa sensación cálida que mezcla la emoción, la amistad y las risas. Un entrenamiento juntos después de 3 años no se da siempre.
Tus hermanos de rugby, siempre son tus hermanos de rugby. Pueden pasar 2 o 10 años y nada habrá cambiado. Quizás se agreguen historias, algunos matrimonios, pequeños rugbiers y seguramente varias lesiones. Pero lo que nunca faltará es hermandad verdadera. Que hermoso deporte es el rugby que me ha permitido conocer personas increíbles.
Al final del entrenamiento, en el camerino, cerramos con un recital de bromas y anécdotas. Recuerdos vagos que se iban completando con el aporte de cada uno de los presentes. Esos momentos son felicidad plena. Porque las hermandades verdaderas se forjan en la cancha de rugby.
Nada ha cambiado, la hermandad que creamos está intacta. Estamos algo distintos físicamente, pero en el corazón de cada uno sigue ese rugbier que jamás baja los brazos. El mismo que está dispuesto a dar todo por sus hermanos después de tantos años.
Dedicado a todos aquellos que se reencuentran después de mucho con los hermanos de otra madre que el rugby da.
Fuente: Todo Rugby Perú.
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