Ya instalados en la provincia de Brescia, específicamente en la comuna de Ospitaletto; el jueves 14 nos enfrentamos a nuestro similar de Franciacorta (o pequeña Francia). En este partido fuimos muy superiores en cancha ganando por un rotundo 51 a 0. Este encuentro tuvo la particularidad que Pietro Chiappa Jugador local, actuó un tiempo por nosotros como tercera línea, incluso marcó un try. Esto porque él pertenecía a la escuela de rugby de Católica desde la M8 a la M12. Y su padre Giorgio fue el dirigente que nos ayudó en nuestro paso por Italia. Aprovechamos de agradecer su infinita amabilidad.
Al día siguiente de este encuentro fuimos a conocer Venecia, lugar maravilloso donde los muchachos han podido descubrir e interesarse por la cultura del lugar. Ahí estuvimos toda la jornada, aprovechando de descansar.
Este sábado jugamos nuestro último partido de la gira contra Calvisano, club profesional de primer nivel en la provincia y nacional. Aquí nuevamente nos enfrentamos a un contexto similar al vivido en Bayonne, es decir, enfrentando a jugadores previamente detectados e internados a muy temprana edad para dedicarse a tiempo completo al rugby.
El resultado fue 22 a 7 a nuestro favor, en el partido más emocionante de la gira, que nos dejó a todos muy contentos, con la satisfacción de haber hecho bien el trabajo y sin ningún lesionado.
Desde el punto de vista deportivo la gira a sido un éxito, seguramente se verá prontamente reflejado en resultados.
Pero tal vez más importante que eso, es que volvemos a Chile con muchachos un poco más grandes, más maduros; que junto con haber aprendido algo más de rugby, han podido rozarse con el profesionalismo, conociendo chicos de sus mismas edades que ven en este deporte una forma de ganarse la vida. Por lo mismo, pudieron captar otra perspectiva de la actividad marcada por el esfuerzo, que creemos puede ser muy importante para sus vidas, más allá del deporte.
El 18 de septiembre en la mañana volvemos a Santiago a descansar de esta intensa pero inolvidable gira para los niños del club. Que corresponde a un proyecto de desarrollo deportivo de la rama y que, Dios mediante, se repetirá cada dos años con los chicos de la misma categoría.
Para terminar nos gustaría agradecer a todos los que creyeron en esta iniciativa: Dirigentes, al Club Deportivo Universidad Católica y en especial a los apoderados, que fueron siempre los más entusiastas en que esta tremenda experiencia para sus hijos pudiera hacerse realidad.
Toda nuestra gratitud hacia ellos.
Sebastian Gajardo
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