Las destrezas individuales, la base del futuro en los pequeños

Como un pianista hace sus ejercicios o el bailarín se sirve de la barra, el jugador de rugby debe repetir sus pases y demás destrezas individuales.



En un pase realizado de manera incorrecta, un kick errático o un tackle fallido, hay siempre una probable factura a pagar y que puede traducirse en un scrum, en un balón interceptado o recuperado o peor aún, en un try en contra.

Es verdad, que como todos los deportes de oposición, el rugby se alimenta de los errores y fracasos del adversario, pero existe un cierto número de acciones individuales en los cuales el jugador no puede hacer prueba de inconsistencia.

Estos fundamentales individuales se refieren a varios temas mayores: el control del balón, el pase, los ángulos de carrera, los kicks, los tackles.

Quién habla de la destreza individual habla de aprendizaje y trabajo de éstos. Como un pianista hace sus ejercicios o el bailarín se sirve de la barra, el jugador de rugby debe repetir sus pases y demás destrezas individuales. Siempre será bueno de volver a las bases para empaparse nuevamente de los gestos más simples.

Incluso los mejores jugadores no lo dejan de hacer y en el entrenamiento de un primer equipo vuelven a trabajar éstos gestos fundamentales, individuales y colectivos a menudo olvidados o descuidados. Su práctica como hábito constituye un excelente trampolín para la preparación de movimientos colectivos del grupo.

No hay edad para volver a aprender, y las escuelas de rugby que insisten con los más pequeños en el ABC del juego son las mejores. Tener un conocimiento preciso de las reglas, dominar debidamente la pelota, dar buenos pases, saber patear de forma conveniente con los dos pies, poder realizar un tackle correctamente.

El conjunto de todas las destrezas individuales, asimilado, repetido y mantenido, da al jugador de rugby, la mejor base para crecer desde la técnica.

Llega entonces la especificidad, la que impone al full back o a la pareja de medios a trabajar mucho más en los kicks o que pide a los tres cuartos ser más rápidos que un tercera línea. Se inscribe en la continuidad del trabajo de las bases y debe constituir una preocupación particular que tiene la misma constancia.

Otras nociones como la intuición o el sentido del juego vendrán a insertarse sobre éste bosquejo. Será entonces el momento donde el jugador de rugby podrá sacar ventajas desde su formación de base.

Fuente: Rugby and Fitness

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