Rugby profesional. Ese escenario que hasta no hace mucho tiempo parecía totalmente remoto se habilitó sorpresivamente en las últimas semanas para la región. Es que América está trabajando en un proyecto de liga profesional de franquicias, con el objetivo de empezar ya en 2019, según lo señaló el presidente de la Unión de Rugby del Uruguay, Sebastián Piñeyrúa.
La idea es una liga sudamericana de ocho equipos, espejo de lo que comienza por estos días en Estados Unidos, equipos que serán representados con clubes de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.
Así, los países de la región van a conseguir lo que desde hace mucho tiempo están buscando: una competencia 100% profesional que le permita a sus jugadores dar un salto en formación, ante la dificultad de conseguir espacios en las ligas europeas, y cuando los consiguen, que sus clubes los cedan para defender a sus selecciones.
«Estamos seguros que va a ser un proyecto que tendrá apoyo de World Rugby, y de los países no solo del sur sino del norte. De hecho en el norte arranca este año, la idea es que en el sur se haga algo parecido, que sea un torneo de las américas, que luego haya un cruce norte-sur.», aclaró Piñeyrúa.
El proyecto marca un torneo de ocho equipos en el la conferencia sur, que enfrentarían luego a los ocho del norte que comienzan la Premier League de Estados Unidos. Los países podrían tener equipos franquiciados, aunque no necesariamente el 100% de los jugadores serían nacionales, podrían tener refuerzos extranjeros.
El objetivo es poder darle competencia a ese grupo de jugadores que hoy compiten en la Americas Rugby Championship, y que no tienen un torneo profesional donde insertarse, de modo que sea su siguiente paso de desarrollo. «Que esa bolsa de jugadores pueda profesionalizarse todo el año, con sus franquicias. Ese es el target de jugadores al que apuntamos», explica el presidente de la URU.
Según el análisis del sitio web Americas Rugby News, la franquicia chilena podría tener una base en Santiago y la otra en el sur, hacen una proposición a que fuese Concepción o Temuco.
Lo que es seguro es que ninguno de los cuatro países quedaría fuera. No solo todos obtendrían equipos, sino que los equipos no podrían ser exclusivos de su propia nacionalidad. Por ejemplo, la base de jugadores extensivamente superior de Argentina, podría verse un fullback jugando para un equipo brasileño. De manera similar, un ala uruguayo podría jugar para un equipo chileno.
¿Chile estará preparado para enfrentar este desafío? ¿Cuáles serían los potenciales equipos para participar en una franquicia chilena?
Fuente: Americas Rugby News
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