Desde hace un par de semanas las mujeres isleñas se reúnen para conformar el equipo femenino de Rapa Nui. De hecho, su motivación es tanta, que incluso ya han entrenado con Matamu’a RC, el cuadro masculino de la isla. Pero todo partió hace varios años atrás con el sueño y la pasión de Gonzalo Silva, Carlos Morandé y del español Juan Carlos Souto, este último dejó gran parte de su vida en el país ibérico en búsqueda del desarrollo del rugby polinésico.
Año 2002 y Gonzalo Silva, exdirector de la Federación de Rugby de Chile, llega a Rapa Nui con un anhelo: que algún día el rugby polinésico nutriera jugadores para los “Cóndores”, replicar en parte esa riqueza cultural y deportiva que los maoríes aportan a los All Blacks.
La misión requería fortalecer el deporte en la isla, por lo que como Federación, en ese momento, se creó un concurso público para elegir a la persona idónea que cumpliera ese proyecto.
El concurso finalmente se lo adjudicó Carlos Morandé (42), chileno, exjugador profesional del Rugby Sevilla FC, exjugador de los “Cóndores”, actual jugador de Troncos y periodista. Así fue como en marzo de 2005 Morandé aterrizó por primera vez en la Isla de Pascua con tal de llevar a cabo su plan como “Encargado de Proyecto Rugby en Isla de Pascua”. Además, debió dejar atrás su rol como coach de la selección chilena M-18.
La meta principal del proyecto: difundir el deporte entre los jóvenes isleños y en las escuelas. Si bien en un principio costó, finalmente el rugby fue incluido, además del fútbol y el canotaje, como uno de los tres deportes claves de Rapa Nui.
Asimismo, se gestó un interesante proceso de integración de talentos rapanui que terminaron desempeñándose en elencos de Primera del continente, casos como el de Tepito León en Cobs o actualmente el de Nicanor Machucha Haoa “Niki”, quien ha sido seleccionado nacional y que pertenece a las filas de Old Reds.
Sin embargo, en marzo de 2008 la relación entre la Federación y el periodista llegó a su fin, siendo la, en ese entonces, FERUCHI, la entidad que se hizo cargo del proyecto hasta 2012. Durante ese periodo Morandé trabajo establemente en España, hasta que retornó a la isla en 2013, año en que retomó el proyecto, aunque sin la participación de la Federación, sino que sólo con el auspicio de la Corporación de Deportes de la Municipalidad de Rapa Nui.
“Me hice cargo del área de Planificación y Proyectos de la Municipalidad y porque juego rugby y todo, junto a la Corporación de Deportes, decidimos reflotar un club y redundar en crear toda esta estructura que tenemos ahora”, cuenta el también periodista.
La Escuelita en España, un carpintero y la indecisión
En el país ibérico Morandé creó una escuelita de rugby en el Club Deportivo Zalaeta en La Coruña, región de Galicia. Pero debido a sus constantes viajes decidió dejarle la dirección de la escuelita a su amigo, Juan Carlos Souto (42), carpintero de oficio e integrante del club Zalaeta.
Desde el 2013 hasta 2017 Morandé se afincó en la Isla de Pascua para seguir trabajando en el rugby polinésico. Mientras en Galicia, Souto se hacía cargo de la escuelita. Hasta que llegó el día que cambió completamente la vida de Juan Carlos: su amigo le ofreció que mantuviera su legado rugbístico en Rapa Nui, pues él debía abandonar la isla por asuntos laborales.
La propuesta lo descolocó y se mantuvo indeciso durante todo el 2015. Mal que mal, debía dejar familia, trabajo, su vida. Hasta que finalmente dio una respuesta positiva. “En principio me pareció una locura, pero ahora no me arrepiento de la decisión tomada. Yo tenía una carpintería en España, por eso tardé en decidirme, tuve que cerrar y vender todo”, rememora Souto. Y agrega con sinceridad “fue una decisión muy difícil de tomar, dejar todo atrás fue muy duro. Pero el recibimiento aquí y los amigos que hice lo suavizaron”.
Fue así como en noviembre de 2016 llegó lleno de incertidumbre, pero también con la fuerte responsabilidad de seguir desarrollando el rugby en la isla. Hoy, el proyecto va tomando cada vez más fuerza, ya dirige una escuelita compuesta por cerca de 15 niños y niñas, y además, está a cargo de la rama femenina de Matamu’a.
Matamu’a femenino: el continente y Tahití
Desde que llegó Juan Carlos ha logrado generar un buen grupo, con mucho compromiso, más allá de que su trabajo no es renumerado. A pesar de ello, ve con entusiasmo el futuro de Matamu’a femenino.
“La respuesta fue muy buena desde el primer día. Hasta ahora son catorce chicas, pero el número va subiendo en cada entrenamiento, y su actitud es buenísima, cosa que me motiva a seguir trabajando con ellas. Sé que hay varias que aún no pudieron incorporarse por distintas causas, pero que tan pronto puedan lo harán. Aparte, esto produjo un efecto positivo en los chicos, ya que se sumaron a nuestros entrenamientos, igual que ellas a los suyos. Nuestra intención es aumentar la masa social del club”, afirma Souto.
El equipo femenino cumplió su tercer entrenamiento el sábado pasado. Las chicas están motivadas, y ya hablan de jugar en el continente y de participar el próximo año en un seven en Tahití.
“Ha sido una experiencia increíble. Me gusta mucho lo que voy aprendiendo. Cada entrenamiento quedo muerta, pero feliz, y las chicas cada día le ponen más power y ganas de seguir aprendiendo siempre. Espero podamos lograr un equipo y fortalecer más este deporte y podamos lograr un partido con los del continente y Tahití en un futuro cercano”, cuenta Naty Ika, integrante del equipo.
Tahira Nahoe partió jugando rugby desde hace cinco años, pero nunca tuvo la oportunidad de entrenar el deporte que ama con constancia. Y si bien relata que no ha sido fácil la conformación del equipo femenino, sí se muestra entusiasmada con el nuevo proceso del cual es parte.
“Me siento súper feliz ya que hace años que no tenía oportunidad de entrenar este deporte porque no habían horarios para mujeres. Entreno junto con mi hermana ¡Y nos gusta mucho! Sería genial que se animen chicas del continente a venir y hacer unos campeonatos en noviembre. Estoy feliz de poder entrenar después de mucho tiempo y más motivada que nunca”, dice Tahira.
—¿Juan Carlos, volverías a España?
— Volveré, pero este es un trabajo de años. No sé aun cuando regresaré, voy de año en año, decidiendo si me quedo. Mientras funcione me quedaré, yo creo que dos años más por lo menos, porque las cosas están recién empezando a funcionar.
Este martes el IND (Instituto Nacional del Deporte) otorgó sendos fondos al proyecto en Isla de Pascua para el desarrollo del rugby infantil y femenino en la zona. Los “Hoko” –danza propia de los rapanui, similar al Haka maorí–, al parecer, sonarán más y más fuerte.
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