En febrero del 2016 nació una iniciativa que buscaba ayudar en la rehabilitación de las personas presas en las cárceles de Valparaíso a través de los valores de la ovalada. Un sueño que hoy ha permitido generar un cambio en la vida de un gran número de seres humanos.
El nacimiento de la esperanza
Libertad nació a partir de una idea concebida por la psicóloga del complejo penitenciario de Valparaíso, Pamela Escudero, quien contactó con Edmundo Reynolds, entrenador y ex seleccionado chileno, para generar una instancia donde se le pudiera enseñar los valores del rugby a internos que hubieran tenido los méritos necesarios para conformar un plantel, que posteriormente sería conocido como Libertad RC.
Y precisamente, este proyecto fue creciendo a un ritmo acelerado gracias al apoyo de un grupo de amigos: la generación 1996 del Colegio Mackay de Reñaca.
Prontamente, el equipo llegó a estar compuesto por 36 internos que recibían clases del cuerpo técnico dirigido por Edmundo “Olafo” Reynolds.
Vidas que cambiaron: el primer rugbista reinsertado
Libertad creció a pasos agigantados gracias al trabajo de la generación del 96 junto con Gendarmería y el Centro de tratamientos de Adicciones (CTA), al que pertenece Pamela Escudero.
Martín Harvey, miembro del cuerpo técnico de Libertad RC explicó que además del aporte del equipo en los entrenamientos, también “dentro de la misma cárcel ya conversar con un recluso, conocer su historia y su realidad, y de alguna forma compartir la nuestra, con los viajes y con lo que logramos cada uno de nosotros jugando rugby era un motivo de ayuda”.
Y fueron esta clase de instancias las que llevaron a que no tomará mucho tiempo para que el club tuviera un hito que marcaría la historia de esta iniciativa, cuando por primera vez en la historia de la ovalada nacional, una persona reinsertada en la sociedad logró debutar por un equipo de rugby tras su paso por Libertad: Guillermo Velásquez.
El ex interno se convirtió en jugador de Villa Alemana RC el año 2017, a tan solo 8 meses de que comenzará oficialmente Libertad RC. Ese tiempo fue más que suficiente para que Guillermo se enamorará de la ovalada, y decidiera que quería seguir jugando tras salir de la cárcel.
“El rugby puede cambiar el mundo”, declaró Velásquez a El Confidencial en agosto del 2019, antes de proseguir diciendo que “estoy convencido de lo que entrega (el rugby) y de los valores, que son transversales. No solo es un deporte. Va más allá. Puede romper barreras sociales, y puede cambiar el destino de ciertos colectivos que no encuentran una dirección”.
El cambio en quienes ayudan
Pero no solamente los internos que participaron de esta iniciativa sufrieron cambios en sus vidas, sino que también las personas a la cabeza de Libertad reconocen el gran significado que el club adquirió en sus vidas.
Martín Harvey explicó que para él, participar de este equipo “es retribuir al deporte, y por qué no decirlo a la vida, las oportunidades que nosotros tuvimos desde chicos (…) es un enriquecimiento como persona maravilloso. La posibilidad de estar donde realmente es la base de la solución de muchos problemas, es una tremenda experiencia.
El ex seleccionado juvenil prosiguió relatando que “la realidad a ratos es chocante. Estar en una cárcel es algo que te marca. Enseñar rugby en un lugar así o en la cancha más linda del mundo es algo maravilloso para nosotros, porque tuvimos las oportunidades, las aprovechamos, las disfrutamos y hoy día toca retribuirlas”.
Por su parte, Edmundo Reynolds destacó que “nos motiva poder entregar un deporte distinto, con varios códigos especiales y tratar de forma real ayudar a las demás personas. Libertad es algo que va más allá del simple hecho de ser o tener una relación profesor-alumno”.
Además, el Presidente de Libertad, Juan Bedoya, comentó que para él esta iniciativa es “una oportunidad de aportar a esta sociedad. Pero también ha sido para todos nosotros una chance de crecimiento personal, social, emocional, porque es una realidad interna, profunda, de alguna forma escondida superficialmente por la misma sociedad, y que es muy compleja”.
Bedoya prosiguió comentando que “nosotros hemos aprendido mucho más de la realidad social del país. Hemos aprendido de todas las personas que han participado en los distintos estamentos gubernamentales, y aún más de las personas que han participado en los talleres del proyecto; hemos recibido mucho cariño y respeto de ellos, lo que se ha transformado en una oportunidad de crecimiento que hace mirar la vida con otros ojos. Son muy fuertes las historias y las emociones que se viven o se comparten. Merecen mucho respeto. Ha sido un privilegio participar en este proyecto”.
Una esperanza que necesita apoyo
Pero aún con todos los avances que ha conseguido Libertad, y que incluso han significado poder trabajar también con el centro penitenciario femenino de Valparaíso, siendo según Juan Bedoya “el primer programa y la primera asociación a nivel mundial que trabajo con mujeres”. La fundación aún tiene delante de sí un gran número de desafíos para seguir apoyando a los internos en su reinserción.
El Presidente de Libertad recalcó que su principal objetivo es conseguir recursos para poder generar talleres trimestrales de prevención en zonas de riesgo para niños y adolescentes, aumentar la participación de las mujeres en las cárceles, generar sociabilización de los internos a través de clubes de rugby, y generar opciones de trabajo a través de esta misma.
“Nos es muy difícil conseguir recursos. Esto ha sido un gran obstáculo, y es la única forma de darle profesionalismo y continuidad a estos procesos. Existe además un prejuicio social respecto a la ineficacia de las penas carcelarias por lo cual algunos privados son reacios a invertir recursos, porque no se cree en la reinserción”, confesó Bedoya.
Sin embargo, aún considerando estas dificultades, Libertad RC ha conseguido un gran crecimiento, cambió la perspectiva de decenas de reos, fueron los primeros en apoyar a las mujeres en las cárceles a través del rugby, e incluso, consiguieron formar a la primera persona reinsertada en la historia de la ovalada nacional, como fue Guillermo Velásquez.
Así, aún con todas las dificultades que han tenido que sufrir tanto los internos como la generación del 96’ del Mackay, y todos aquellos quienes forman esta iniciativa, Libertad RC logró convertirse en el símbolo de que la reinserción a través del rugby es posible. Una esperanza de que la ovalada puede ayudar y cambiar vidas.
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