Hablar de rugby implica, tarde o temprano, llegar al lugar común de Nueva Zelanda; la tierra de la ovalada es parte fundamental de la cultura en torno a esta disciplina y, a gusto de muchos, el lugar donde se practica el mejor rugby del mundo. Allí 3 chilenas dicen presente; Paula Contreras en Auckland e Ignacia Guardia y María José Zamora en Christchurch. Las actuales jugadoras de College Rifles Rugby y High School Old Boys Rugby Club, respectivamente, se dieron una pausa y comentaron como ha sido esta experiencia en el país ovalado.
¿Cómo han vivido la integración a la cultura y al rugby neozelandés?
“Aquí en Auckland -comienza Paula- donde vayas hay canchas de rugby (…) en el verano veías a familias jugando rugby en la playa, ahora en invierno, después de la hora de trabajo, puedes ver clubes entrenando en las diferentes canchas públicas o privadas. Los fines de semana son de rugby: las personas se reúnen en los bares para ver los partidos, principalmente de los Blues que es el equipo local, o se va al estadio”.
Por su parte, Ignacia señala “con Cote ya llevamos 8 meses viviendo en Nueva Zelanda y no ha sido difícil adaptarse, especialmente porque la gente siempre ha sido muy amable. Realmente la vida acá es soñada, incluso ya hemos adoptado algunos hábitos kiwis, como almorzar a las 12 del día. Al rugby nos hemos ido integrando de a poco, llegamos al equipo Old Boys a través de un amigo que nos dio el contacto del entrenador. Antes de la cuarentena participamos de algunos entrenamientos de pretemporada, después del receso, comenzaron los entrenamientos de táctica y contacto…y el fin de semana pasado [antepasado] pudimos jugar nuestro primer partido de rugby XV”.
¿Cómo ha sido el adaptarse al rugby XV?
“¡Entretenido!” destaca María José; “al inicio estaba muy perdida en los entrenamientos, corría de touch a touch tratando de posicionarme, pero a medida que pasan los días he logrado ir entendiendo la modalidad del juego. Desde afuera se ve mucho más simple, pero realmente tiene mucha estrategia y táctica”. Ignacia menciona que el XV siempre había parte de sus inquietudes “había tenido ganas de jugarlo pero como en Chile no hay rugby XV femenino, sinceramente nunca le había puesto mucha atención. Ahora estoy en esta etapa de entender el funcionamiento del juego, con cada entrenamiento me voy sintiendo menos perdida y he ido aprendido cosas nuevas tales como ser un forward y saltar en el line, por ejemplo”. Ambas señalan que el ambiente en su club, con más de 30 jugadoras aporta mucho en las relaciones sociales y en el ambiente del entrenamiento “la paciencia de los entrenadores y compañeras de equipo han sido clave para este proceso de adaptación que también se ha visto complicado por el idioma, muchas veces no se realmente de lo que están hablando”, hace la salvedad Ignacia.
Para Paula la adaptación al XV “no ha sido fácil la verdad, es totalmente diferente al 7s, y entender el juego ha sido todo un desafío, además agregándole el factor de la comunicación (…) comencé a entrenar en enero de este año, no hablaba ni entendía del todo bien [el inglés], así que me sentía mal al no poder hablar o expresarme como yo estaba acostumbrada en un entrenamiento, donde por lo general soy la que más hablo o grito dentro de la cancha, así que habían días en los que me sentía un poco frustrada, pero nunca dejé de ir…incluso cuando menos motivada me sentía, es cuando más aprendía algo nuevo”.
¿Qué diferencias han apreciado sobre como se vive el rugby en Chile y en Nueva Zelanda?
“Mis compañeras juegan rugby desde muy pequeñas, las bases del rugby las manejan bien, el tackle es un tema que lo dominan muy bien. Por eso la importancia de tener categorías menores de mujeres en Chile debe ser de carácter masivo. Acá es bastante más pareja la cosa entre hombres y mujeres, en cuanto al apoyo, número de partidos jugados durante el año, ya que nunca se para…en invierno es XV, mientras que en primavera y verano es 7s o touch. Otro punto a destacar es la preocupación por el crecimiento tanto del deportista como de la persona”, comenta Paula, cosa que también comparten las chicas Christchurch; “el rugby está en todas partes. Los niños y niñas crecen conociendo el deporte, tanto en las ciudades como en los pueblos chicos. El Rugby en Nueva Zelanda es como el fútbol en Chile, lo encuentras donde sea que vayas” agregan.
Cabe señalar que Paula destaca que en cuanto al nivel de exigencia física, en relación a su club anterior (Viña OG), “no he sentido mucho la diferencia, ya que en mi club en Chile, la exigencia es muy alta y eso me ayudó sentirme cómoda en los primeros entrenamientos con respecto a mis compañeras de acá. Obviamente existe muchísima diferencia física, en cuanto a que las mujeres de origen Maorí o Kiwi, que son mucho más grandes”.
Personalmente ¿Cuáles son sus metas en el rugby neozelandés?
El jugar rugby ha sido la piedra angular de las 3 chilenas en tierras oceánicas, “mi principal objetivo es aprender y disfrutar lo máximo posible del rugby XV; quiero absorber todo lo que nos enseñan, la forma en que se entrena, como se juega, el por qué se juega de cierta manera y mejorar lo que se. Lo que ya logramos con Ignacia fue jugar nuestro primer partido de rugby XV y por supuesto asistir al tercer tiempo. Toda esta experiencia es aprendizaje puro y ya me doy por pagada con solo vivirla”, comenta María José, a lo que Ignacia añade “uno de los tantos objetivos de este viaje era tan solo poder entrenar rugby, nunca pensé que realmente iba a jugar un partido y mira, este sábado [el pasado] voy por el segundo. Estoy aprovechando la experiencia al máximo. La temporada de XV finaliza en agosto, mi meta es seguir entrenando, disfrutar cada tackle y aprender todo lo que pueda en estos meses restantes para cerrar el año de forma ovalada”.
Por el lado de Paula, tras el lock down por el COVID, su equipo pasará de tener de 2 equipos a 1 en competencia, por la duración del torneo, “la verdad que ganarse un puesto será mucho más difícil, pensando que en mi club hay 3 Black Ferns, que jugaron la copa mundial del año pasado, y muchas seleccionadas de Auckland y que alguna vez estuvieron en la selección nacional. Para mi es una hermosa experiencia, disfruto cada entrenamiento, aprendo cada vez un poco más, y espero llegar a jugar sino es este año el próximo, ¿quién sabe?”.
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