Desde hace ya varias décadas, el clásico entre Cóndores y Teros que viviremos hoy en el Sudamericano 4 Naciones, se ha convertido en una de las disputas deportivas que dan sabor al rugby de la región.
Más allá del eterno trabajo de Chile y Uruguay por alcanzar el nivel del rugby argentino, el duelo más rico en historia ha sido el de estas dos selecciones que históricamente han disputado el segundo lugar de la región. Así, y desde la victoria de los Cóndores por 21 – 3 sobre los Teros de 1948, la ovalada ha construido un clásico en torno a estos dos equipos que hoy escribirá un nuevo capítulo en su historia.
Desde aquella primera victoria, han transcurrido más de 50 partidos entre ambos seleccionados, existiendo un dominio de cercano al 75% por parte de los charrúas. De ellos, 41 partidos han sido en instancias de Sudamericanos, con solo 8 victorias para Chile, 1 empate y 31 derrotas. Hilando aún más fino, la estadística se pone cuesta arriba cuando solo dos de estos triunfos nacionales han sido en Montevideo (1971 y 2018).
Probablemente, si tuviésemos que fechar la mejor racha chilena, esta sería alrededor de las décadas de los 60′ y 70′, donde el equipo nacional lograría cosechar 8 victorias ante los Teros; una época dorada de los Cóndores si consideramos que dichas victorias le significaron un número similar de sub campeonatos (1958, 1961, 1967, 1969, 1971, 1975 y 1981)
Pese a que las estadísticas puedan favorecer ampliamente al equipo uruguayo, la tónica de estos encuentros siempre ha revestido un desafío intenso para ambas escuadras. “Durante años, para la clasificación a los mundiales, la pelea era con Chile; la rivalidad se da desde entonces”, declaró a Sudamérica Rugby, Pablo Lemoine, ex jugador uruguayo y hoy Head Coach del cuadro chileno. Punto importante que aborda Pablo es que el proceso clasificatorio a los mundiales de rugby acentuó aún más esta ‘disputa’; “el ’98 fue duro y el 2002 también (…) en la preparación Chile era un rival muy especial, aunque también es una rivalidad creada por la circunstancia (…) siempre había algo en juego: clasificación a un Mundial, a una Nations Cup, al Trophy, una gira. Formándonos como juveniles nos generaban que el partido con Chile era la vida o la muerte. Pero nunca era tanto. Son estrategias que generan rivalidad y empujan para arriba” comentó Lemoine.
El último capítulo de esta historia se vivió el año 2019, en el contexto del sudamericano, donde los uruguayos se llevaron una estrecha victoria por 32 – 39 en las canchas de Old Boys. Sin embargo, desde aquel entonces, y de la mano justamente de la dirección de un uruguayo, Chile ha “cambiado su rugby”, dando luces de que la estadística podría girar a favor del cuadro nacional.
Mucho se ha hablado del cambio que ha generado Pablo Lemoine sobre el juego propiamente tal en el cuadro chileno, lo cual, a la hora de ponerlo en perspectiva de la “rivalidad” con los uruguayos, nos deja el recordado triunfo en el Estadio Charrúa, de la franquicia de Selknam ante Peñarol por 13 – 15, en el marco de la Superliga Americana de Rugby. Aquello, sumado a lo realizado ante los cuadros argentinos de Ceibos en dicha instancia, y Argentina XV en el Sudamericano actual; nos hablan de un cuadro chileno que podría perfectamente comenzar a escribir otra historia en el panorama de la región, con una nueva propuesta de juego y con consignas claras de trabajo; cosa que ha sido manifiesta por los jugadores y atestiguada por quienes han alentado al cuadro nacional.
Lo de hoy dista mucho de ser un partido más en la estadística; más bien constituye un hito importante en la historia de esta nueva cara del rugby nacional que, poco a poco, comienza a coquetear con el sueño de Francia 2023. Hoy los Cóndores saltarán a la cancha en búsqueda de ratificar el buen trabajo realizado durante la “era Lemoine” y, al igual que el fin de semana pasado, esperamos puedan entregarnos una alegría al rugby nacional.
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