El club del Bío Bío celebró cuatro décadas de historia, desde que se fundó como la rama de rugby de la UBB en 1980 con Jaime Ianiszwesky como su primer entrenador.
“El año 80 en Concepción nos juntó a un grupo con la Federación de Rugby, que nos impulsaban a crear la asociación de un campeonato local. En ese transcurrir yo elegí a la Universidad del Bío Bío, porque conocía a algunos ya. Ahí estuvimos unos años dándole, ayudando a mejorar y poder meter al Bío Bío en un campeonato local que incluía la Universidad Austral de Valdivia, Naval, la Universidad de Concepción y Los Troncos”, recordó Ianiszwesky.
“Eran años difíciles, pero la evolución que ha tenido el club y el rugby en Concepción avala ese entusiasmo y esa entrega”, añadió el otrora entrenador de los Toros.
Posteriormente, Francisco Lavanchy, tío de una de las principales figuras de la institución, el “Pony” Lavanchy, asumió como entrenador, para que posteriormente en 1984, Juan Pablo Berreta fuese oficializado como el DT de los Toros UBB, cargo que mantiene hasta hoy.
A lo largo de estas cuatro décadas de rugby, el equipo del Bío Bío ha obtenido importantes logros que quedaron grabados en su historia. La formación de dos equipos que participaron en primera y segunda división en 1984, su consagración como campeones de ambas divisiones en el 86’, la final de clubes campeones que disputaron ante la Universidad Católica en Santiago en ese mismo año, ante un elenco cruzado que contaba con ocho seleccionados nacionales en cancha, además de alcanzar la final del Nacional de Asociaciones en 1995.
Todo esto, solamente hablando del siglo pasado. Sin embargo, en el nuevo milenio, los Toros también han sumado importantes logros, como el título nacional universitario en Concepción el 2002, el título de Aruco en 2007, venciendo en la final a Viejos Galos, y las semifinales del mismo torneo alcanzadas en 2017 y 2018.
Así el equipo del Bío Bío ha cimentado una destacada trayectoria tanto a nivel universitario como en Aruco. Un recorrido que este 5 de diciembre cumplió cuatro décadas que fueron festejadas de forma virtual, en un encuentro generacional que mantuvo a quienes han escrito parte de la historia de este club lejos entre sí físicamente, pero unidos todos por los mismos colores en las letras que forjaron el camino de los Toros hacia su cuadragésimo aniversario.
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