
Pese al optimismo y el apoyo del rugby nacional para con Selknam, lo de la noche del día jueves era uno de los desafíos más duros que los fueguinos iban a enfrentar en su corta vida como equipo de rugby. Y es que frente a ellos tenían nada menos que a Jaguares XV, una especie de continuación del plantel de Ceibos, pero con refuerzos de talla mundial, que vienen de jugar en los mejores niveles de rugby.
Aquí cabe señalar que, si bien un somero análisis da cuenta de las diferencias del desarrollo físico entre los trasandinos y los nacionales, la escuadra nacional ha vivido un trabajo duro de preparación física, dirigido por un más que competente staff técnico de trabajo. Sumado a ello y obviando la distancia entre la experiencia de alto rendimiento entre ambos conjuntos, cabe preguntarse ¿Qué falló por parte de Selknam?
Podríamos desgranar fase por fase el juego de los fueguinos, encontrando los detalles que incidieron en el rendimiento mostrado, pero sería injusto ya que hemos sido testigos de que el análisis al respecto es trabajado minuciosamente, desde la posición de puntas de pie de los pilares en el scrum hasta el movimiento general de la defensa para cubrir las zonas de la cancha. Entonces, ¿Qué pasa en la cancha?
Lamentablemente algo ocurre al interior de la cabeza de los jugadores que no están logrando aplicar las propuestas de juego en la cancha. Y pensamos que aquí radica uno de los principales problemas del equipo nacional ya que, si bien tenemos presente las diferencias físicas/técnicas, la cantidad de penales y errores de manejo van minando minuto a minuto la entereza de los jugadores que, ante la frustración de no lograr concretar las jugadas, se desconectan del plan de juego.
Evidencia de lo anterior es que buena parte de los penales cometidos, corresponden a errores reglamentarios básicos. Y esto cobra relevancia sobre todo a la hora de tener en cuenta que son los mismos penales que semana a semana sancionan en las canchas del rugby nacional. Es “claro y obvio” que un jugador, por más que levante sus manos al estar bajo un ruck; mientras obstruya el canal del balón, materializa la falta… “es claro y obvio” que si el jugador no bajó a la línea de offside y no corroboró el haber sido habilitado por un compañero, y más aún, ante la voz de advertencia del árbitro que lo identifica como posible infractor; dicho jugador accionará de manera ilícita, cometiendo penal.
Creemos ciertamente que la raíz de este problema no se encuentra propiamente tal en las condiciones del jugador, ni en las posibles diferencias entre el referato a nivel local y el de la Superliga. Estamos hablando de jugadores que llevan una considerable suma de años en el rugby y que deben/tienen que manejarse con propiedad en el reglamento de las situaciones críticas, respecto a sus acciones en el campo de juego. Así también, el mismo cuerpo de referato local, ha trabajo en poder transmitir elementos críticos claves a los staffs de clubes y seleccionados, para poder mejorar la fluidez y continuidad del juego. Claramente, el problema es otro.
Ciertamente lo que ha significado la Superliga Americana de Rugby para el desarrollo del rugby profesional en la región no ha tenido comparación, sin embargo, la ansiedad y expectativas generadas al respecto, sobre todo en un año clave para el rugby nacional, donde existen chances reales de clasificar a una cita mundialista; sumado a una pseudo fama generada por parte de una fanaticada que pone sus esperanzas en el grupo de jugadores (que no tiene un promedio de edad mayor a 24 años), puede ser un presión adicional que esté operando sobre los fueguinos y que en los 80 minutos de juego, actúa como el “jugador invisible” que los lleva a jugar un partido aparte.
Probablemente esta semana el elemento psicológico sea parte importante del análisis del staff nacional que tiene que ajustar las piezas de cara a la próxima fecha del torneo, tal vez una aún más importante que la recién pasada, ya que tendrá a los Selknam enfrentando a Peñarol; dos rivales directos tanto para disputar una posición importante en la Superliga.
Un análisis más dentro de todo el proceso, interesante y al cual adhiero completamente, factor mental. Recordar que este programa lleva solo un par de años por tanto los resultados que se han visto son una mejoría importante ,pero de los aspectos básicos de deportistas que están comenzando en el alto rendimiento. Se debe seguir en esta linea ( ojalá que los centros de alto rendimiento logren sus objetivo), no claudicar, ser perseverante, en definitiva , profesional .
saludos