
Esta semana conversamos con Gabriel Filizzola, quien asumió en marzo de este año la dirección del plantel adulto de la Universidad Católica y que, pese a la pandemia, poco a poco comienza a tirar nuevas líneas al interior del rugby cruzado.
Filizzola jugó en Argentina hasta el año 1990, siendo juvenil en Marista entre el 75’ y el 83; para luego llegar a Liceo de Mendoza, donde jugaría hasta el 90’. En estos años, el entonces jugador, tuvo importantes pasos no solo por el rugby de clubes, si no que también representó a Mendoza en los campeonatos argentinos, llegando incluso al seleccionado de los Pumas. Con la camiseta de la selección, Filizzola estuvo en nómina incluso ante Francia el año 1986; sin embargo, no logró sumar minutos en cancha en los test match disputados por los albicelestes. Tras ello, Gabriel comienza a aventurarse en tierras italianas en 1990, jugando por el Valpolicella de San Pietro in Cariano, llegando en 1991 a formar parte del Rugby Roma.
En 1993, Gabriel pasa a ser seleccionable para la selección italiana donde, Bertrand Fourcade, lo contemplaría en su equipo, haciéndolo debutar en abril en la copa FIRA 1992-1994, en una victoria ante Portugal por 11 – 33, donde el argentino aportó con 2 tries y 1 conversión. Su historia con el seleccionado recién comenzaba, alcanzando un total de 20 caps, más numerosas participaciones en torneos europeos. Esto llevó a Filizzola a transformarse en un actor fundamental en la línea de backs de la selección italiana, cosa que lo tuvo formando parte de la gira a Australia en 1994, como preparación para el mundial de 1995. Lamentablemente, en el primer test ante los Wallabies, Filizzola se quiebra la tibia; cosa que condiciona su participación en el mundial dado que, si bien alcanzó a recuperarse, un mes antes de la cita máxima, volvió a lesionarse. Sus últimas actuaciones con la escuadra azurra serían en la Copa Latina y un encuentro amistoso ante Nueva Zelanda. En cuanto a su carrera en clubes, el argentino tendría temporadas en el Calvisano y Milan; volviendo en 2000/2002 a Marista, para luego jugar una última temporada en Calvisano en 2003.
Desde 2003, Filizzola comenzaría su carrera como entrenador, convirtiéndose en parte del staff del Calvisiano, donde estaría hasta 2007. Posterior a ello, volvió a Argentina donde continuaría con importantes pasos en Marista, CPBM (Club Personal Banco Mendoza) y San Juan Rugby.
¿Qué conoces del rugby chileno? ¿Cómo ves el nivel de los equipos de la competencia a la que llegas?
“Realmente no conocía mucho del rugby chileno…siempre tuvimos relación cuando jugaba acá en Argentina. Cuando era más joven, jugamos la primera final del Torneo Regional del Oeste; yo jugaba para Marista y jugamos la final contra la Católica el año 2000. En enero venía a jugar el Seven del Mckay…para la primera edición, creamos el equipo “los amigos de Setien”, nombre debido a que la organización requería que tuviésemos un encargado del equipo, para lo que le pedí a Miguel Setien [histórico jugador y entrenador argentino], quien estaba vacacionando en Reñaca, que fuese nuestro entrenador (…) además estuve siguiendo el rugby chileno cuando Jorge Navesi estuvo a cargo del seleccionado y, recientemente, pude seguir el torneo Arusa 2020 por streaming.”
“Con respecto al nivel, evidentemente ha bajado en todos lados. El hecho de no haber jugado lleva a que se ‘aplane’ un poco, así que vamos a descubrir como es el nivel de los equipos en este momento. En relación con lo que vi en épocas pasadas, creo que es un nivel un poco más bajo que el torneo que se juega en Mendoza”.
¿Cómo se da tu llegada a la UC?
“Mi llegada a la Católica se da porque el año pasado, a principio de año, estuve en contacto con Alberto Perrota, dirigente de la católica, quien me comentó que estaban buscando un entrenador, pero con la pandemia se paró todo. Después, a fin de año, retomamos todo otra vez y, después de unos meses de contactos y reuniones, acá estoy.”
¿Qué esperas de uno de los equipos más importantes del rugby nacional? ¿Cuáles serán los cambios importantes en el juego que podrán apreciar los hinchas?
“Sinceramente yo lo que espero es poder que los jugadores entiendan el sistema de juego y el rugby que queremos jugar. Los objetivos nosotros los podemos plantear, pero son los jugadores los que se los deben plantear; nosotros tenemos que darles las herramientas a ellos para que puedan lograrlos. (…) Tengo que estar a la altura y al alcance de lo que los jugadores necesitan. Los objetivos los ponen ellos, el club; yo me pongo mis objetivos, me pongo mis límites…y estos son llevar al club lo más alto que pueda. Ojalá se nos dé, tanto lo que quieren los jugadores como lo que quiero para el club este año. Pretendo lo mejor para la Católica.”
“El sistema de juego que vamos a ocupar este año es un rugby dinámico, moderno. Para eso ya estamos también trabajando…tenemos que cambiar un poco la mentalidad del rugby: de ese rugby pausado, lento, que se jugaba antes, para entrar en una base del rugby mucho más dinámico, con menos errores”.
¿Cómo se ha dado el trabajo y el poder plasmar un tipo de juego en el equipo, en el contexto actual de la pandemia?
“Llegué el 1 de marzo y trabajamos 2 semanas y media antes de la cuarentena en Las Condes. Me he sentido muy bien con el equipo; estamos empezando a conocernos entre nosotros. Esto es algo muy bueno por el hecho de que todos empezamos de 0, más allá de lo que el cuerpo técnico me vaya informando.”
“Vamos a trabajar con 4 entrenadores. En el caso de los fordwards, Jaime Escobar estará a cargo del scrum y Felipe Santibañez estará a cargo del line-out. Para los backs, Bernardo García trabajará el ataque y Hugo Díaz estará en la defensa. Uno de mis objetivos es desarrollar especializaciones, para poder formar entrenadores específicos. Además, la idea es no solo trabajar con el staff del plantel adulto, si no también poder trabajar con todos los entrenadores del club, dando charlas, cursos, asistiendo a sus entrenamientos, con el objetivo de poder aprender y enseñar algo de rugby.”
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