En medio del crecimiento del rugby boliviano, hay un chileno . Desde 2018 que José Graña asumió como head coach de la Selección Boliviana Femenina de Seven, con la que compitió el año pasado en los Juegos Suramericanos de Asunción.
Como jugador, Graña llegó a integrar la Selección de Arica, antes de radicarse en Santa Cruz, Bolivia, donde hace nueve años es entrenador del Brangus Rugby Club.
¿Cómo se inició el rugby ?
Empecé a los 12 o 13 años en Arica, gracias a grandes amigos de la vida. Al principio miraba de lejos, siembre veía a mis amigos ir a la cancha, hasta que un día fui a ver que pasaba. Ese día me cambió la vida, hoy miro atrás y nunca pensé todo lo importante que sería el rugby en mí vida y todo el camino recorrido y por recorrer. No queda más que agradecer.
El ambiente en esos años era espectacular, la cultura de rugby, que aún tiene marcada en la sangre nuestra gente. Tuve el orgullo y el privilegio de ser parte de la Selección de Arica antes de venirme a Bolivia.
¿Cómo se dio su llegada a ser entrenador de la selección femenina de Bolivia?
Se dio por el camino recorrido en el rugby de Bolivia. Tengo la alegría de haber podido formar y ser entrenador del primer equipo de rugby seven femenino de Bolivia y además ser parte de este proceso de desarrollo. Debo reconocer que nunca fue un objetivo final pero el rugby es como la vida, nos pone desafíos y oportunidades las cuales debemos agradecer, enfrentarlas y disfrutarlas.
¿Qué balance hace de estos años en el cargo y la participación en los Juegos Suramericanos el año pasado?
Tenemos mucho que seguir aprendiendo, no solo como selección, sino que como rugby boliviano. Clubes, jugadores, padres, dirigentes y todos los que somos parte en nuestros roles y funciones. Debemos desarrollar proyectos a largo plazo sin saltarnos etapas de crecimiento y tener la posibilidad como selección de tener mayor interacción con la región y esto lo digo no solo referente a la competencia.
Nuestra participación en los Odesur nos dio el vamos para encarar un nuevo proceso que queremos construir, generando un desarrollo que perdure en el tiempo y dé el cimiento que el rugby boliviano se merece.
¿Cuáles son los próximos desafíos con la selección y qué objetivos se ponen para ellos?
Nuestro desafío es poder llevar a cabo nuestro programa de desarrollo y establecer los lineamientos para un crecimiento real. Queremos este año poder participar no solo en las competencias que podamos estar por nuestro estatus de Sudamérica Rugby, sino también realizar giras y competir en torneos de uniones vecinas.
¿Cómo ha visto el crecimiento del rugby en Bolivia y qué cree que le falta para seguir creciendo?
Nuestro crecimiento ha tenido altas y bajas naturales de un proceso. Si no entendemos que el rugby es un proceso, estamos complicados. Bolivia tiene de manera formal casi 19 años de rugby, es muy joven y como tal, está dando sus primeros pasos, con aciertos y desaciertos pero sobre la base de poder generar un desarrollo real.
Siento que nos falta unificar criterios, apuntar todos al mismo lado y cuando digo todos, somos todos. Si podemos generar objetivos claros, ir paso a paso y tomar las experiencias de nuestros vecinos, que nos llevan muchos años de desarrollo, podemos avanzar cada día de manera más firme y sin pausas.
¿Qué le pareció la primera clasificación de Chile a un mundial y qué piensa del crecimiento del rugby en la región?
Lo de Chile es un orgullo inmenso, no cabe en el pecho. Es respuesta a todo el trabajo que se viene realizando hace años. Desde lo que se consiguió en el seven en primer lugar, que siento, abrió una puerta inmensa y nos hizo decir ‘nosotros podemos, tenemos todo lo que se necesita para estar en lo más alto del rugby mundial’. Espero realmente que esta etapa sirva para consolidar el rugby en el país, que existan más clubes, que esté en cada colegio, que se genere una gran difusión y que los dirigentes tengan la sabiduría para poder conducir este proceso y lo que se viene.
El crecimiento en la región es una alegría. Se va dando un lugar importante al rugby, no solo en lo deportivo, si no que también, nos permite transmitir sus valores y filosofía a más familias. En lo estrictamente deportivo, la llegada del profesionalismo es un paso importantísimo para seguir generando desarrollo y crecimiento. Además, nos da un sentimiento de pertenencia e identidad con la región.
¿Qué tan parecidos le parece que son el rugby boliviano y el chileno?
La verdad que cada uno tiene su propia identidad. El rugby chileno tiene una identidad mucho más definida por los años de vida que tiene, Bolivia está en ese camino, descubriendo y preparando terreno para poder sembrar.
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