En los cuartos de final de Francia 2023 cada partido supera al anterior, y es que si el Argentina – Gales, Irlanda – All Blacks o Fiji – Inglaterra se fueron candidateando en orden como el mejor encuentro del Mundial hasta el momento, probablemente la mayoría de fanáticos tengan ahora al choque entre los anfitriones y los vigentes campeones como el duelo más emocionante de la cita planetaria: Francia contra Sudáfrica.
Gran inicio de Francia
Recién abriendo el partido, Francia estuvo muy cerca de llegar a la apertura de la cuenta al profundizar por el izquierdo, en un kick cruzado donde Bielle-Biarrey estuvo muy cerca de llegar a la ovalada pero fue anticipado justo antes de capturar en el ingoal por Willemse que alcanzó a desplazar el balón para evitar el try galo.
Apenas un minuto y medio después, Les Bleus crearon otra gran jugada penetrando con el maul y rompiendo a pura potencia hacia el ingoal sudafricano, trazando un rápido juego de manos para pasarse la ovalada hacia el sector derecho, destrozando las ubicaciones de los Springboks para decretar el primer ensayo del partido por Cyril Baille, posteriormente convertido por Thomas Ramos mientras la afición entonaba la Marsellesa esperando su tiro.
Respuesta de Sudáfrica
Los anfitriones se adelantaban 7-0 con cinco minutos disputados, y apenas se puso en juego el balón, Francia arremetió con todo, recuperó la ovalada y se lanzó con dinamismo contra la zona sagrada de sus rivales, quedando muy cerca de afianzar una jugada de amplio peligro, de no ser por una recuperación sudafricana, en que su defensor se lanzó para interceptar un pase, pero acabó desplazando hacia adelante, aunque el referee no consideró que fuera knock on y dejó seguir la acción ahora con posesión para los vigentes campeones.
En el desarrollo de esta jugada, los Springboks contragolpearon y consiguieron el try de Kurt-Lee Arendse, quién sacó a relucir su velocidad para aprovechar la recepción de un kick largo y explotar hacia el ingoal, para empatar el juego tras la conversión desde muy difícil posición de Manie Libbok a los 10’.
Thomas Ramos pudo recortar a los 15’ pero su disparo impactó en el poste, poco antes de que Sudáfrica tomara la delantera 7-12 con el ensayo apoyado por Damian de Allende (18’).
Golpe a golpe
Francia consiguió elaborar grandes jugadas a través de la movilidad de sus rugbistas. El rugby champagne se tomaba el Stade de France, y finalmente tuvieron premio cuando Dupont tejió una maravillosa ofensiva, encarando y abriendo el campo con un buen pase a la esquina derecha en el último momento antes del tackle para que Peato Mauvaka anotara el try que empataría el juego a 12, aunque los galos no conseguirían adelantarse luego que Kolbe taponeara de gran forma el disparo de Ramos, acometiendo a máxima velocidad.
Pero Cheslin no sería figura solamente por el tapón, sino que se encargaría de devolver el golpe al marcar el try que devolvería la ventaja a Sudáfrica 12-19 post conversión de Manie Libbok a los 28’.
No obstante, el partido estaba transformándose en una película de acción y en el golpe a golpe era el turno de Francia, que azotó el ingoal gracias a Cyril Baille, empatando el juego con el kick de Thomas Ramos a los 32’.
El primer tiempo cerraría de la mejor forma posible para los anfitriones, quienes tendrían la chance de adelantarse con un penal mientras Eben Etzebeth era enviado fuera por una tarjeta amarilla. Thomas Ramos no decepcionó y dejó a Francia 22-19 arriba para finalizar la primera parte.
Juego cerrado
Sudáfrica entró al segundo tiempo con 14 jugadores y no fue capaz de superar la resistencia francesa, en un duelo que a pesar de no decaer en intensidad y dinamismo, sí estaba volviéndose mucho más cerrado.
Aunque nos malacostumbrar a una lluvia de anotaciones en la primera parte, el segundo tiempo solo tuvo un penal concretado por Thomas Ramos como única incidencia en el marcador a los 41 minutos.
Así siguió el tanteador durante un largo tramo del partido, y aunque ambas escuadras amenazaban el ingoal de su oponente, no eran capaces de sacarse ventajas.
Esta paridad se rompió recién a los 67 minutos con el try de Eben Etzebeth, quien concretó una fuerte insistencia sudafricana para darle la ventaja a su patria por 25-26 luego que Handre Pollard firmara la conversión.
Cierre agónico
La ventaja se extendería para los sudafricanos luego del penal de Pollard a los 69’, poniéndolos delante 25-29, pero Ramos recortaría por la misma vía al 73′. Solo estaban a un punto de distancia.
La presión se hacía sentir. El local y los vigentes campeones no se daban tregua y estaban disputándose la ovalada con todas sus fuerzas. Sudáfrica tenía una leve ventaja pero sabían que era demasiado corta como para confiarse. Cualquier anotación francesa, sin importar la forma, los pondría abajo en el marcador.
Sin embargo, los franceses no terminaban de afianzarse en el juego, tuvieron demasiadas pérdidas de balón en la segunda parte, algunas de ellas no forzadas, y no terminaban de asentar la jugada que pudiera darles la victoria.
Francia era dueña de la última posesión, arremetía con fuerza ante el muro verde frente a sus ojos, pero finalmente los Springboks consiguieron recuperar la ovalada y festejar. Los campeones del mundo seguían en carrera, mientras que los anfitriones se despedían de su Mundial en cuartos de final.
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