Del libro “Fortaleza mental en el deporte”, de James Loehr.
La competencia atlética contiene gran parte del drama de la vida; en muchos aspectos es un microcosmos de la vida.
La frustración, la alegría, la incertidumbre, el dolor y el esfuerzo están presentes. Las personas que entran a la arena competitiva rápidamente se dan cuenta de que hay algo más en la competencia que el simple aprendizaje de las habilidades físicas. Una cosa es poseer las habilidades físicas y otra es poder utilizarlas cuando corresponde. Y es allí donde existe el desafío El desafío máximo del autocontrol.
En el análisis final, toda disputa atlética es un combate de autocontrol, control de la delicada conexión mente-cuerpo. El nexo entre nuestra mente y nuestro cuerpo es dramáticamente claro estando dentro de la arena competitiva.
Cuanto más deseamos alcanzar los limites superiores de nuestra habilidad física y talento es cuando más se nos aparece como inaccesible. Este desafío nos lleva enfrentarnos con nosotros mismos, con nuestras inseguridades, con nuestras dudas, con nuestras falencias y nuestros miedos. El éxito en la competencia requiere que nos movamos más allá de este desafío para entrar dentro del dominio de nosotros mismos. El dominio del deporte competitivo se vuelve entonces un proceso continuo de autotransformación, cambio y renacimiento. Tal dominio involucra compromiso y disciplina. En síntesis, es un combate de cada persona consigo misma.
Así como la aptitud física y la fuerza son centrales para el rendimiento deportivo, también lo es la aptitud mental.
Rendir consistentemente con un máximo rendimiento en lo más arduo de la batalla competitiva requiere de fuerza mental. Una fuerza que esta fundamentalmente incorporada en la esencia de las habilidades mentales adquiridas.
Estas habilidades incluyen la concentración, el control de la actitud, el manejo de la presión, el pensar correctamente, el control de la energía, el mantenerse motivado y la visualización. Esto es lo que abarca el entrenamiento de la Excelencia Atlética: enfrentarse al máximo desafío y construir la fuerza mental. Se trata de excelencia, alegría, realización y lucha. También es un procedimiento para comprender y controlar, paso por paso, esa indefinible pero critica conexión mente-cuerpo. El control de esa conexión es la esencia de la fortaleza mental en el deporte, y el entrenamiento de la Excelencia Atlética se ha diseñado para iluminar y acortar este proceso.
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