Hace unos días, tras la actualización de rankings de la World Rugby, Chile cayó a la posición N° 30, siendo desplazado por Suiza que venció a Lituania por 9 – 40, y cayó ante Polonia por 20 – 23, en el marco del Trophy europeo 2019/20. Así, tras la ajustada derrota por 18 – 23 ante Portugal el fin de semana pasado, los cóndores cierran un 2019 de dulce y agraz.
De 11 test matches disputados este 2019, los cóndores lograron cosechar solo 1 victoria ante Paraguay por 53 – 10, en el encuentro disputado en Asunción, en el marco del 6 Naciones Sudamericano del mes de mayo. Hay que ser justos y, sumado al estrecho encuentro ante Portugal, Chile tuvo chances de llevarse partidos importantes tales como el 15 – 10 de visita ante Brasil; partido válido por el Americas Rugby Championship de Marzo; o el 22 – 29 ante España, en la ventana internacional de mitad de año.
Pese a los resultados, la selección chilena ha tenido dos importantes victorias en dimensiones fundamentales para poder progresar y mejorar la situación actual de los cóndores. La primera de ella es el trabajo implementado por Pablo Lemoine que, con poco más de un año de trabajo (casi 14 meses para ser exactos), ha logrado cambiarle la cara a una selección chilena que carecía de una identidad propia de juego. Jugadores más disciplinados, con mejor estado físico y con una cohesión y compenetración visible en la cancha, son sin duda alguna los pilares del proyecto que el coach uruguayo ha implementado en el trabajo de alto rendimiento de los seleccionados. De ello también es que se ha hecho una imagen recurrente el ver las instalaciones de la federación plagadas de camisetas rojas entrenando desde que apenas amanece; sin duda alguna, Lemoine le ha cambiado el chip al trabajo de la selección, y el público así lo ha sentido, apoyando masivamente a la selección en sus presentaciones de este año.
La segunda dimensión a la que nos referíamos era a la difusión de la disciplina en Chile, donde las distancias y la diversidad geográfica pone cuesta arriba las iniciativas en torno a la ovalada. Pieza fundamental para romper esto fue el llevar a la selección a nuevos escenarios donde pudiese facilitarse la asistencia al público que no siempre puede viajar a Santiago a alentar a los cóndores. Curicó, Maipú y Valparaíso fueron esta vez las 3 locaciones claves para acercar a los seleccionados con su público, teniendo en cartera al menos 2 locaciones más donde podrían realizarse encuentros internacionales de la selección. Este esfuerzo por llevar a los cóndores a regiones, constituye una estrategia clave a la hora de pensar en ampliar la base de jugadores que permitan mejorar las competencias locales y nacionales, de cara a poder contar con una masa crítica importante, encantada y motivada con el sueño de llegar a vestir la camiseta del cuadro nacional; los cóndores deben seguir volando por el territorio nacional.
De esta forma, el panorama deportivo para el seleccionado nacional de cara al 2020 es más que positivo; con la franquicia ad portas y con una idea global de masificar el rugby, esperamos que los cóndores logren sobreponerse a esta caída en el ranking (muy peligrosa tomando en cuenta que Colombia se encuentra solo 3 puestos más abajo), y logren remontar el vuelo para concretar el buen trabajo que el cuerpo técnico y sus jugadores están realizando.
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