Luego de cinco años sin poder jugar desde que dejó su club formador, Mano, la hoy rugbista de las Cóndores regresó a las canchas el 2018, retomando rápidamente su mejor nivel y consagrándose prontamente entre las figuras de los campeonatos Arusa con el PWCC. Definitivamente un gran logro, pero que continúa dando ejemplo la problemática de las jugadoras de gran potencial que deben abandonar este deporte, y que a diferencia del caso de Consuelo, no siempre logran volver.
¿Cómo empezaste en el rugby?
Todo comenzó cuando estaba por salir del colegio cuando uno de mis entrenadores de fútbol me invitó a un entrenamiento de rugby femenino. Al principio no estaba muy segura, ya que no sabía absolutamente nada de este deporte, pero me convenció, ya que no era necesario saber jugar, solo necesitas ganas de aprender. En ese entonces estaban recién formando la rama de rugby femenino. Yo por mi parte quería seguir haciendo deporte después del colegio, así que ¿por qué no? Veamos de qué se trata .
¿Por qué tuviste que dejarlo?
Por estudios y trabajo. Cuando partí el mundo laboral ya fue mucho más difícil poder complementar los tiempo, sobre todo porque estaba fuera de Santiago, era más chica, más inmadura, y en ese entonces aún no conocía el potencial que podía tener en este deporte.
¿No existió nunca la posibilidad de seguir?
Siempre se puede volver y eso es lo hermoso de este deporte. Donde estés, siempre hay una puerta abierta para quienes quieran compartir una cancha. Pero en ese entonces donde estaba no había ninguna escuela de rugby.
¿Sueles ver chicas que deben dejar el rugby por trabajo o estudio?
Si,todos tenemos realidad distintas y por mucho que nos guste algo, debemos priorizar. Pero la vida siempre nos muestra el camino por el cual seguir.
¿Qué sentiste cuando volviste a jugar?
¡Fue maravilloso! Siempre digo que en el rugby “me volví a encontrar”. Volver a retomar lo que te hace feliz y hacer lo que te gusta sin duda fue la mejor decisión.
¿Qué significó para ti regresar y terminar convirtiéndote en seleccionada?
Sin duda un sueño hecho realidad, pero detrás de eso hay mucho esfuerzo, perseverancia, ensayo, error y volver nuevamente con más fuerzas a intentarlo otra vez.
¿Sientes que podrías haber alcanzado un nivel más alto si no hubieras tenido ese parón en tu carrera?
Todo pasa por algo, tenía que recorrer ese camino para estar donde estoy ahora, y me siento muy agradecida. Sobre todo porque nunca es tarde para cumplir tus metas o tus sueños, va en cada uno seguir adelante y trabajar para eso. Hoy tengo una mirada distinta sobre el rugby, entreno más que antes, me alimento mucho mejor, recién cuando volví a jugar encontré mi potencial, todo fue sumando, cada paso.
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