Es difícil. Realmente es muy difícil pensar que cualquiera que haya pisado una cancha de rugby no haya manchado el césped con su sangre al menos una vez. Un reflejo de la identidad de este deporte, de su entrega, de la pasión desbordada y transformada en valores que vuelven a la ovalada algo tan especial. Esa misma sangre que derramas por tu club, por tu país, puede darle a un niño una segunda oportunidad de vivir.
DKMS es una fundación internacional sin fines de lucro, que busca ayudar a los pacientes con cáncer de sangre, cuando su única posibilidad de sobrevivir es un trasplante de células madre sanguíneas. Esta organización logra esto a través de su registro de potenciales donantes, que está a disposición de hospitales y clínicas que realizan este procedimiento en 57 países. Gracias a su trabajo, y los 10 millones de potenciales donantes registrados, 88 mil personas han tenido una nueva oportunidad de vivir.
En Chile, el 2018 fue un año especial, marcado por las grandes actuaciones del Seven, el Bowl conquistado por los Cóndores 7s en el Mundial de San Francisco, la visita de los All Blacks Maorí a nuestro país, y también por la llegada de DKMS, que en dos años ha conseguido convocar a más de 60 mil donantes, y entregado 45 nuevas oportunidades de vida.
Los números son buenos, muchas personas se han sumado a esta cruzada, sin embargo, se necesita mucha más gente para equilibrar este scrum ante un rival formidable, temible, pero que podemos derrotar si empujamos todos juntos, tal como ya están haciendo miles de personas en el país.
Eduardo Hernández, un joven mexicano que vive en Chile hace 5 años, se convirtió en donante sin imaginar que sería llamado tan prontamente como lo fue. Pero lo motivó saber que podría ayudar a alguien, como él dice al señalar que sus motivaciones fueron “saber que puedes tener a alguien compatible genéticamente en cualquier parte del mundo, lo que encontré hasta un poco insólito ¿de verdad hay alguien un 100% o casi 99% genético iguales sin que estén directamente relacionados? Y tú entregar una segunda oportunidad a alguien. Eso es lo que me motivó en un 100%, el saber que simplemente con tus células madre puedas ayudar a otra persona”.
Hernández, luego de recibir el llamado, quiso seguir en el proceso hasta el final, entregando su consentimiento a todas las consultas que recibía para verificar que estaba convencido de su decisión, una que lo enorgullece y marca desde el momento de su donación a comienzos del 2020 hasta hoy, en un proceso donde él mismo señala, nunca se sintió solo.
Un niño menor de 6 años pudo tener una nueva oportunidad para vivir gracias a la determinación de Eduardo, lo que según nos relata, para él significa algo “tremendo. Yo tengo dos sobrinos, entonces es tan amplio el rango de edad, pero una persona que no ha vivido nada, entonces haberle dado la oportunidad a esa persona es enorme, es una sensación muy gratificante y enriquecedora para el alma”.
Las acciones de Eduardo son un reflejo de respeto, integridad, pasión, solidaridad y disciplina. Su coraje lo llevó a demostrar cada uno de los emblemáticos valores del rugby que nunca nos cansamos de mencionar cuando hablamos de este deporte, pese a que Hernández no es un jugador ligado a la ovalada, pero en su identidad, su sello, demuestra lo que los rugbistas quieren ser en la sociedad.
Por eso, esta es la oportunidad, la chance de llevar esos valores, esa identidad del rugbista a comandar la primera línea, ir hacia el frente por los demás, sabiendo que toda la sangre derramada en este juego, ante un oponente formidable, puede entregar la oportunidad de vivir, y adelantarnos aunque sea un metro más adelante en la lucha por salvar vidas.
Si quieres sumarte a esta primera línea, puedes registrarte en línea a través de www.dkms.cl/es/rugbychile pinchando en la opción “Conviértete en Donante”, donde podrás seguir los sencillos pasos para convertirte en la esperanza de un ser humano como tú en cualquier lugar del mundo.
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