Los efectos de la emergencia sanitaria golpearon a todos los clubes de la ovalada nacional. No por nada una inmensa mayoría llegó a pasar más de 500 días sin disputar un encuentro amistoso siquiera. Pero el caso de Lagartos RC es particular, ya que los de Rengo incluso acabaron quedándose sin su campo de juego por el COVID-19.
Esto se dio debido a que a raíz de la pandemia todas las instituciones dejaron de entrenar, por lo que la institución educacional que respalda al club también sufrió la paralización, congelando toda actividad del colegio, incluyendo las extraprogramáticas.
“Por esto mismo y por la sequía, la cancha en que nosotros jugamos se murió. Estamos en proceso para tratar de recuperarla”, explica José Durán, Head Coach de Lagartos, quien además explica que pese la reapertura de los establecimientos este año, las actividades deportivas aún no han avanzado mayormente, por lo que no han comenzado las academias de los alumnos ni el deporte de adultos, por lo que hasta que eso no ocurra en bloque dentro de todos los colegios de la Corporación, no se puede ocupar el recinto para entrenar, más allá de las voluntades de la sede como tal, al ser una decisión de carácter institucional.
Afortunadamente, el cuadro que nació de ex alumnos del Colegio San Antonio del Baluarte, obtuvo apoyo de la Municipalidad de Rengo tras el surgimiento de esta problemática, facilitándoles una cancha donde han podido entrenar durante estos meses y prepararse para la competencia, mientras esperan que finalmente puedan retornar al campo de juego que los ha visto crecer como un club fundamental para la Región de O’Higgins.
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