¡El planeta toma una forma ovalada! Finalmente comenzó el Mundial de Rugby 2023, con uno de los duelos más fantásticos que este deporte puede ofrecer a los fanáticos, la local Francia vs All Blacks.
La Marsellesa y el Haka fueron la unión máxima de la cultura local y rugbística, convergiendo en el registro más representativo que podría existir de un Mundial de Rugby en el país galo, para dar inicio al magno evento que los fanáticos esperaron por largos cuatro años con un imperdible Francia vs All Blacks.
Un arranque vertiginoso
Los neozelandeses comenzaron presionando muy fuerte desde el arranque, en una gran penetración por la zona central. El juego se lateralizó hacia el sector derecho, y los franceses ni siquiera consiguieron respirar durante la sanción de un penal, ya que los All Blacks cobraron rápido, arremetieron por la derecha, centralizaron el juego y con un magnífico pase cruzado de Beauden Barret llegaron al primer try del Mundial con las manos de Mark Telea, que tomó la ovalada en el aire y se zambulló en el ingoal para marcar el ensayo que paralizó a los fanáticos de todo el planeta en el primer minuto con 40 segundos.
Francia respondió rápidamente luego del penal de Thomas Ramos que envió a la H a los 4 minutos, dejando el marcador 3-5, dando señales claras de que veríamos un match de ida y vuelta entre dos potencias formidables.
El Francia vs All Blacks seguiría con gran intensidad, y los europeos lamentarían la lesión de Julien Marchand, quien abandonó el campo de juego a los 12 minutos por Peato Mauvaka
A los 19’, Les Bleus volverían a golpear con un penal de Thomas Ramos a los postes, que pondría a los locales delante de Nueva Zelanda por primera vez en un encuentro que, luego del vértigo inicial, se había vuelto cada vez más cerrado.
Minutos de resistencia
Los terceras línea estaban haciendo su trabajo y la férrea resistencia de los forwards brindó momentos trabados al juego, más allá de que la destellante agilidad de los backs amenazaba con ganar metros al primer metro cedido para explotar.
El público francés se hacía sentir, pero los All Blacks resaltaban su poderío arremetiendo con furia contra el ingoal europeo. Los dirigidos de Fabian Galthie resistían lo mejor que podían, hasta que a los 24 minutos los neozelandeses decidirían intercambiar un knock on por tiro a palos, tomando nuevamente la delantera con el kick de Richie Mo’unga. No obstante, llegados los 28 minutos, Ramos devolvería el golpe con un penal que volvía a poner a Francia como el ganador transitorio por un 9-8 que se mantuvo hasta llegar al entretiempo.
Arranque intenso y desarrollo errático
Iniciando la segunda parte, Francia fue el primer elenco en mostrar sus intenciones, pero los All Blacks les recordarían que en el rugby no basta con querer el try, hay que arremeter por él, tal como lo hicieron con una conducción por el centro desde campo propio y luego llevando el juego hacia el sector izquierdo para la penetración de Telea que se lanzó al ingoal a los 42 minutos, para adelantarse 9-13 en el tablero.
El juego comenzó a adquirir ciertas desprolijidades que no son propias de estos elencos, lo que se retrata sobre todo en una curiosa jugada al 45’, donde a Tupou Vaa’i se le caería un balón sencillo, aprovechado por los galos para que Thiboud Flament penetrara de excelente forma, hasta que una serie de eventos llevara a que los neozelandeses recuperaran y cometieran un knock on que terminó en scrum francés.
Se alzan Les Bleus en Francia vs All Blacks
El partido era difícil, trabado, pero la afición entonaba la Marsellesa casi como un preámbulo de los emocionantes minutos que estaban por venir. Al 52’, una fabulosa explosión por la izquierda de Damian Penaud, en que la persecución de Richi Mo’unga acabó dando frutos, con un quite agónico cuando el 14 francés ya saltaba hacia el ingoal, pero quedando a centímetros de la línea por la salvadora intervención del 10 neozelandés al estorbarlo en la recta final.
Tras esto, Francia terminó de renovar toda su primera línea, buscando imponerse en la intensidad física que estaba representando este juego en el contacto, y su táctica terminaría dando frutos al 54’, en que tras una insistencia ofensiva francesa acabarían consiguiendo un penal que enviarían al line, donde los galos ganarían por aire y llevarían la ovalada a la zona central, donde sus jugadores empujaron uno tras otro, pero acabarían encontrando respuestas en la visión de Matthieu Jalibert, quien mostraría por qué lleva la número 10 trazando una buena conducción y asistiendo con clase a Penaud para que el punzante número 14 anotara un nuevo try que pondría a Francia otra vez a la cabeza, extendiendo la ventaja con la conversión de Ramos a 16-14.
Una tarjeta amarilla para Will Jordan al minuto 57, que fue reclamada e incluso revisada como una posible roja, catapultó pasajes de dominio francés. En este tramo, Ramos tendría dos oportunidades de patear a la H, una fuera y otra dentro. Sería otro de sus penales el que seguiría extendiendo la ventaja europea hasta un 22-13 para los 73 minutos.
Abrochando el triunfo
A los 75’, Francia sacaría a relucir el rugby champagne en su máxima expresión, con un pase filtrado con el pie que hacía parecer que los galos traían a Zinedine Zidane de regreso al campo, para que Pineaud recibiera con esfuerzo y levantara la ovalada desde el suelo, y aunque inmediatamente después Thomas Ramos recepcionaría el pase para apoyar en el ingoal, el árbitro marcaría una infracción en la jugada que no fue protestada por una escuadra francesa que parecía estar comenzando a disfrutar mucho más del partido.
El crecimiento de Les Bleus resaltaría con un nuevo try que llegaría tras un kick en que Melvyn Jaminet atraparía cuando los All Blacks ya la sentían acariciando sus manos, y con el mismo salto que se adelantó para interceptar el pase de su compañero, el 23 cayó en el ingoal y festejó su primer try en su debut mundialista.
El juego terminaría 27-13 y Francia festejaría inaugurando su Mundial en casa de la mejor forma posible, en un épico triunfo ante los All Blacks, arrancando la cita planetaria organizada en el país galo de la forma más icónica que se podría haber trazado en el libreto: con la Marsellesa, el Haka y una victoria francesa.
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