Dos vueltas a la cancha



Los inicios de todos los entrenamientos de rugby comienzan con la entrada en calor. De eso no hay dudas. Ahora es evidente que hay varias opciones aunque seguimos viendo como varios entrenadores o preparadores físicos envían a sus equipos a entrar en calor con dos (3, 4 ó 5…) vueltas del terreno de juego.

Hay tres buenas razones para no hacerlo:
Sólo es necesario y se adapta a ciertos tipos de jugadores,
No reproduce el tipo de entrenamiento o juego que el rugby necesita,
Se pierde un tiempo valioso que podría utilizarse para trabajar en habilidades específicas de rugby.

Sin embargo, las vueltas a la cancha proporcionan dos resultados muy buenos, lo que podría cambiar su punto de vista.
En primer lugar, se centran el interés y foco mental de los jugadores en el inicio de la sesión comenzando la sesión de entrenamiento corriendo todos juntos.
Y en segundo lugar, los jugadores suelen charlar y bromear mientras se desplazan. Es una oportunidad para que consigan su momento de charla social. También es necesaria en el rugby amateur y hay resultados muy positivos al respecto elevando el nivel de predisposición / buen clima.

También es un momento donde el entrenador puede terminar de planificar y ordenar los ejercicios basados en la cantidad de jugadores presentes y preparar las palabras iniciales para comenzar la sesión principal.

Así que, tal vez, las vueltas previas al terreno de juego no son tan malas después de todo.

Fuente: Juan Casajús | Twitter @JuanCasajus

 

 

 

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